20101213

La vida está hecha de paréntesis.


Lo cierto, es que cada vez que te veo marchar con tu bici, siento la absurda necesidad de salir corriendo tras de ti; y no, no digo absurda porque lo sea para mí; y sí, sí digo absurda porque lo sería para ti.
Suelo imaginar que nada más dejarte marchar, por fin me decido a dejar de hacer el imbécil, o tal vez, a hacerlo más todavía si es posible; me giro, en ese segundo que tanto nombras y no practicas (sí, ya imagino que tan solo es conmigo, pero si no tenías que ponerlo en práctica, podrías haberlo guardado en el silencio, la teoría tan solo sirve para que yo me pueda lamentar ahora), y te digo que te quedes, o que lo he pasado bien, o que te he echado de menos, tal vez trato de besarte con la absurda (otra vez esta palabra triste) esperanza (sí, esa esperanza que construíste mientras dejabas que te regara las orejas; sí, Espe, esa amiga que nunca me abandona) de que me lo permitas. O, y esta es la última alternativa decente que se me ha ocurrido tras meses de oníricos pensamientos, te digo que te quiero (no sé exactamente para qué, si ya lo sabes y todavía no te he visto mover un dedo).

Después, me tambaleo entre pedirte que quedemos y el “es mejor que me quede en casa”; la primera opción me resulta demasiado atractiva (querido demasiado; ¿de verdad existes?, si es así, ¿algún día dejarás de crecer?); y la segunda, empieza a parecerme estúpida; y, sobre todo, me da miedo. ¿Y si en un arrebato de no-control, me giro en ese segundo? Llegados a ese punto... Quizás, el mundo (no te preocupes, el tuyo no, tan solo el mío), haga PUM (y, ¿por qué no? Tal vez, también se convierta en chocapic; y sí, puede que todavía tengas los cojones de alegrarte de que mi mundo estalle porque habrá chocolateado tu mundo).
Mientras, yo, como ves, podría construir un edificio con lamentos. De hecho, no necesito esperar, podría empezar ya.


11 comentarios:

  1. sabes que remedio suelo usar en esos casos?
    empacharme de fresas con leche condensada y romper fotos... no sabes tú lo que relaja.

    ResponderEliminar
  2. mmm...ánimo!
    me hizo gracia eso de chocolatear el mundo, me gusto el texto!jajaja
    muuah!:)

    ResponderEliminar
  3. Bonito texto... complicado de entender para mí, pero precioso...
    Y si mejor construyes TU mundo con chocapics? ;)
    Besitos desde Marte,
    Mirna

    ResponderEliminar
  4. Chocolatear el mundo con chocolate, eso sí que suena delicioso. Si quieres, yo te ayudo a construir un mundo pero sin lamentos, y con chocolate

    ResponderEliminar
  5. La próxima vez, en vez de correr, prueba a volar detrás de la bici. :D
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  6. No te imaginas cuaaantisimo te entiendo.. Pero en fin, animo, podremos superarlo

    Pd: preciosa la foto, eras tu de peque?

    ResponderEliminar
  7. Yo también te entiendo, de hecho me sorprendo que haya tanta gente en el mismo punto. Con respecto a lo del mundo de chocolate... a mí el chocolate no me gusta, así que el que me tocase a mi en el reparto, te lo cedo, por si eso hace que sonrías.

    Un saludo desde la copa de los árboles, espero que nos volvamos a ver.

    ResponderEliminar
  8. Lo peor de leer este texto ha sido que me he sentido profundamente identificada. Siempre he comitdo y seguro k comenteré errores como esos.
    A veces, es mejor dejar pasar las cosas, yo creo mucho en el destino y soy de las que piensa que si algo tiene que pasar, bueno o malo, pasará.

    me gusta el texto

    ResponderEliminar