20100923

Me he permitido caer en la tentación.



Querido Poetadebotella,

Estoy dispuesta a tirarme a la piscina, tírame, con ropa o sin ella, dame un empujón, no importa que vaya con zapatos o que se me mojen las gafas, tan solo importa el momento. No sé si me quieres conocer, ni tampoco si soy interesante, pero quizás si abres mucho los ojos sea capaz de entrar dentro de ti por ellos, lo podemos intentar, hay quién dice que lo consiguió.
En cuanto a la primera cita, prefiero el dominó, pero estoy dispuesta a un pacto, ¿vamos alternando una de parchís y la siguiente de dominó? Espero que aceptes, me gusta hacer negocios sin firmar.
En cuanto a la música moderna, no tengo ni idea; pero te puedo enseñar muchas cosas sobre cine, y tengo más de setecientas películas en casa, así que tienes incluso donde elegir. Ilusión tengo de sobra, la guardo en los bolsillos de los vaqueros porque a veces siento que tengo demasiada.
Eso de la elegancia es subjetivo, así que ya me dirás tú que opinas; ahora bien, tengo un punto a mi favor: no uso tacones.
Siempre me dicen que soy madura, pero yo creo que la mayoría de las personas que escriben lo son, al menos sobre el papel, y lo pueden aplicar también a su vida... Pero también podemos carecer totalmente de cordura cuando aplicamos nuestras historias sin sentido a la vida real.
Adoro la horchata, pero no la llevo por las venas, voy sobrada de carácter y temperamento, aunque aprendí a controlarlo hace tiempo. Por supuesto, estoy dispuesta a convertir en especiales los sábados en que no se hace nada especial.
En cuanto al culo, también es cuestión de opiniones, pero prometo cumplir el paréntesis. Y por cierto, soy morena de pelo, bueno, castaña, y bastante blanca de piel.

No te creas que yo no pido nada, que este año he sido más como me ha dado la real gana que nunca, así que creo que me puedo permitir el gusto, aunque yo no pido mucho: quiero a alguien que me llame a las cinco de la madrugada con la escusa más tonta que haya podido encontrar porque quiere escucharme; alguien que hable mucho y a quien nunca se le acaben las historias. Sí, yo también quiero a alguien que escriba, eso es importante; que crea en mí y no me quite las ilusiones, estoy dispuesta a compartirlas con él, pero no a echarlas al contenedor del plástico; que diga todas las locuras que le pasen por la mente; que me haga reir mucho; a quien le guste salir un día a gritar y bailar, pero también le guste una tarde o noche tranquila hablando, tomando algo o mirando las estrellas; alguien que esté dispuesto a todo, todo es posible; que sea ingenioso y diga cientos de cosas absurdas; que tenga sueños y no deje de tenerlos, que intente cumplirlos, que crea en él. Alguien que cante en la ducha, que se quiera duchar conmigo los domingos por la mañana, que tenga una mirada con llama y que me coja de la mano para ir por la calle; que si me tiene que agarrar por la cintura, me agarre de verdad, fuerte, no a medias; que adore viajar y pueda considerar mudarse de país; que se ría de mis chorradas; que me pueda sorprender siempre; que no sepa que va a hacer mañana y planee las cosas en cuestión de minutos. Y muy importante, que sea raro, muy raro, y que tenga una bonita sonrisa, de esas contagiosas.


Nota: Sí, a veces me dan cosas... (:

20100922

¿Siempre huyes así?



Y ese calcetín, que está solo en el tendedero, me habla, quiere que le busque la pareja, que los ponga a los dos en sus moldes, y que junte los dedos gordos para que se puedan besar. Dice que vaya sin zapatos, al menos de tanto en tanto, para poder mirar a los ojos a la Señorita Calcetina. Aquel pendiente el cual perdí la pareja dice que le busque otra que también haya enviudado, que no importa su aspecto, que la monotonía es aburrida, y ya puestos, que le busque a alguien diferente. Dice que en cuanto lo encuentre, podré usarlos a los dos, que se divertirán viendo como la gente se extraña. Que me dé prisa, y que nunca lo utilice solo si no quiero tener que pagar un psicólogo. La otra parte de aquel dibujo que nunca terminé lleva tanto tiempo sola que ya me habla cuando la miro, dice que le dibuje a alguien, a alguien que la quiera, o a quien pueda amar en silencio, a quien pueda mirar o también abrazar. Eso no importa, solo tiene que ser alguien. Ese otro boceto se ha enfadado porque no me sale simétrico y los siameses que tanto se quieren ni tan solo parecen hermanos. Pide que deje que ofenderlos, que están tan unidos que son tan solo uno, y quieren serlo a vista de todos. Esa parte de la ventana abierta no deja de gritar porque su mejor amiga está cerrada y no puede cogerla de la mano; y la otra llora en silencio porque ni tan solo puede gritar. Parece que su dueño al darse cuenta las ha puesto juntas, y ahora sonríen, por eso ya no se escuchan. El viento sopla y resopla, porque siempre estuvo solo, las nubes lloran cuando no pueden más porque no dejan de desaparecer, y al volver al mundo no se acuerdan de nada, de modo que no tienen amigos; y las plantas, se ponen tan tristes sin su mejor amiga el agua, que mueren cuando no la ven en un tiempo. Todos me dicen algo de una forma u otra; incluso el rotulador azul que estoy mirando ahora mismo, quiere que lo coja y dibuje, quiere sentir el papel, y me ha amenazado con un ultimátum, dice que si no dibujo con él, se secará. Por supuesto, los que más dicen, los que por suerte menos solos se sienten, son los libros, nadie habla más que ellos. Sí, todos tienen algo que decir; más o menos interesante, pero algo. No huyen, dicen lo que sienten o lo que dejan de sentir. Todos menos tú.

20100903

Entre las muchas cosas que no son biodegradables, él es el primero de la lista.




Vuela que te vuela y todavía vuela más. De aquí para allá, se esconde en cada rincón en invierno; en primavera y en verano se pasea eufórico por las calles; y en otoño, cada año parece envejecido después de haber paseado quizás demasiado, y vaga triste, como las hojas secas, esperando que alguien le dé cobijo, buscado un rincón para sobrevivir al frío invierno.
Pasa por cientos de personas, miles, millones; de hecho prácticamente por todas las personas del mundo. A veces no se queda para siempre, solamente está de paso; otras no le dejan entrar, incluso han llegado a echarle, como si no valiera la pena. Pero en algunas ocasiones, cuando se siente a gusto, cuando le dejan un espacio lo suficientemente grande; se queda para siempre.
Hay quien prefiere no darle cobijo creyendo que no lo necesita, pero una vez lo prueba, no lo deja marchar; y hay quien nunca lo deja entrar y no sabe qué meter en ese hueco que es para él.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Siempre haciendo compañía, pensando que nunca hace daño. Intentando ocupar el mayor espacio posible en algunas ocasiones, instalándose en algunos sitios, comprando su propia habitación con un buen colchón donde descansar por mucho tiempo, hasta que consigan despertarlo; y pagando o no pagando el alquiler en otros, haciendo que lo echen y sabiendo que tan solo está de paso.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Cada vez más gente lo conoce, y algunos empiezan a hacerse pasar por él; pero lo cierto es que el único válido es el verdadero, los demás tan solo son copias echas deprisa y corriendo que no tratan demasiado bien a sus caseros, por lo que estos las echan bien pronto. Lo cierto es que son muy fáciles de distinguir del original; pues aunque este se vaya, siempre queda un poquito de él en ti, ese hueco siempre esta disponible. Una vez lo has probado, quieres volver a hospedarlo. Es todo un honor tenerlo contigo, y aunque se vaya, vuela que te vuela y todavía vuela más, aunque no esté dentro de ti, lo sigues sintiendo en el aire. Porque no, el amor no es biodegradable.