20100903

Entre las muchas cosas que no son biodegradables, él es el primero de la lista.




Vuela que te vuela y todavía vuela más. De aquí para allá, se esconde en cada rincón en invierno; en primavera y en verano se pasea eufórico por las calles; y en otoño, cada año parece envejecido después de haber paseado quizás demasiado, y vaga triste, como las hojas secas, esperando que alguien le dé cobijo, buscado un rincón para sobrevivir al frío invierno.
Pasa por cientos de personas, miles, millones; de hecho prácticamente por todas las personas del mundo. A veces no se queda para siempre, solamente está de paso; otras no le dejan entrar, incluso han llegado a echarle, como si no valiera la pena. Pero en algunas ocasiones, cuando se siente a gusto, cuando le dejan un espacio lo suficientemente grande; se queda para siempre.
Hay quien prefiere no darle cobijo creyendo que no lo necesita, pero una vez lo prueba, no lo deja marchar; y hay quien nunca lo deja entrar y no sabe qué meter en ese hueco que es para él.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Siempre haciendo compañía, pensando que nunca hace daño. Intentando ocupar el mayor espacio posible en algunas ocasiones, instalándose en algunos sitios, comprando su propia habitación con un buen colchón donde descansar por mucho tiempo, hasta que consigan despertarlo; y pagando o no pagando el alquiler en otros, haciendo que lo echen y sabiendo que tan solo está de paso.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Cada vez más gente lo conoce, y algunos empiezan a hacerse pasar por él; pero lo cierto es que el único válido es el verdadero, los demás tan solo son copias echas deprisa y corriendo que no tratan demasiado bien a sus caseros, por lo que estos las echan bien pronto. Lo cierto es que son muy fáciles de distinguir del original; pues aunque este se vaya, siempre queda un poquito de él en ti, ese hueco siempre esta disponible. Una vez lo has probado, quieres volver a hospedarlo. Es todo un honor tenerlo contigo, y aunque se vaya, vuela que te vuela y todavía vuela más, aunque no esté dentro de ti, lo sigues sintiendo en el aire. Porque no, el amor no es biodegradable.

5 comentarios:

  1. Llevo cincuenta años de aca para ya y nunca pierdo la esperanza.

    ResponderEliminar
  2. viajar quizás sea lo mejor del mundo...!:)
    grache por pasar por mi blog!
    yo tambien te sigo, muá

    ResponderEliminar
  3. Love in in the air :)
    me encanta y te sigo tambien!

    ResponderEliminar
  4. " Lo cierto es que son muy fáciles de distinguir del original; pues aunque este se vaya, siempre queda un poquito de él en ti, ese hueco siempre esta disponible."
    Esta frase me ha enamorado completamente. Y es que es así, sigue estando aun sin estar...
    Y gracias por ese "no puedo evitar seguirte". A mi me ha pasado lo mismo que a ti en muchas ocasiones. Así que... te devuelvo la moneda y te sigo, pero con una sonrisa :)

    ResponderEliminar