20101230

De miedos e incertidumbres.







Esta última semana del año, a diferencia de las demás ocasiones, no puedo dejar de pensar que el 2010 ya termina; tengo la sensación, de que un abismo separa el año vigente del próximo, corrijo, la extraña sensación, aquella que compró al miedo y a la incertidumbre. El miedo de que el 2011 venga muy cargado, y la incertidumbre de no saber qué contiene el saco.
Pero lo que más me atormenta en este momento es tu te quiero, no el que tú nunca dijiste, no aquel que no existe; si no el que guardé para ti, ¿debe salir antes o después del abismo?, ¿y si le doy paso justo en medio? No sé qué es mejor, o pensándolo bien, qué opción puede fabricar menos lágrimas.
¿Qué es mejor: empezar bien el año, o acabarlo bien? Dicen, que lo más importante es acabar bien, y empezar bien. Pero, ¿y lo que ocurre entre medias?, ¿carece de importancia? En cuanto al arte se refiere, sí, puede que cuando empiezas y terminas bien una audición, los aplausos atrapan a las notas que se escaparon del pentagrama, pero, ¿y en la vida? 
Muchas veces, cuando odias a alguien, exploras el porqué, y cuando dejas de analizar y le miras a los ojos, voilá, le quieres. Magia, ¿no?
Yo no consigo olvidar esa sonrisa, la que hizo que mi mundo estallara, la que me tomó por las orejas y me colocó en medio del surrealismo; y, no obstante, no forma parte ni del principio, ni del final, tan solo, forma parte.
En cuanto al final, todavía no ha llegado, traté de traerlo a rastras, pero se resiste; y yo sigo con mi duda después de tantas palabras. ¿Lo peor? Que probablemente el te quiero se quede dentro de mí, gritando y dando golpes por todos lados; mirándote a los ojos por una rendija y tratando de no desviar la mirada hacia tus labios; deseándote desde el silencio que ya salió a jugar con las mariposas; ¿y todo por qué? Por el miedo, que se compró un coche y circula entre los carriles de mi cerebro, bajando por las arterias al corazón. El miedo de que respondas: yo no. Y de que entonces, el mundo estalle, pero esta vez en mil pedazos.

20101213

La vida está hecha de paréntesis.


Lo cierto, es que cada vez que te veo marchar con tu bici, siento la absurda necesidad de salir corriendo tras de ti; y no, no digo absurda porque lo sea para mí; y sí, sí digo absurda porque lo sería para ti.
Suelo imaginar que nada más dejarte marchar, por fin me decido a dejar de hacer el imbécil, o tal vez, a hacerlo más todavía si es posible; me giro, en ese segundo que tanto nombras y no practicas (sí, ya imagino que tan solo es conmigo, pero si no tenías que ponerlo en práctica, podrías haberlo guardado en el silencio, la teoría tan solo sirve para que yo me pueda lamentar ahora), y te digo que te quedes, o que lo he pasado bien, o que te he echado de menos, tal vez trato de besarte con la absurda (otra vez esta palabra triste) esperanza (sí, esa esperanza que construíste mientras dejabas que te regara las orejas; sí, Espe, esa amiga que nunca me abandona) de que me lo permitas. O, y esta es la última alternativa decente que se me ha ocurrido tras meses de oníricos pensamientos, te digo que te quiero (no sé exactamente para qué, si ya lo sabes y todavía no te he visto mover un dedo).

Después, me tambaleo entre pedirte que quedemos y el “es mejor que me quede en casa”; la primera opción me resulta demasiado atractiva (querido demasiado; ¿de verdad existes?, si es así, ¿algún día dejarás de crecer?); y la segunda, empieza a parecerme estúpida; y, sobre todo, me da miedo. ¿Y si en un arrebato de no-control, me giro en ese segundo? Llegados a ese punto... Quizás, el mundo (no te preocupes, el tuyo no, tan solo el mío), haga PUM (y, ¿por qué no? Tal vez, también se convierta en chocapic; y sí, puede que todavía tengas los cojones de alegrarte de que mi mundo estalle porque habrá chocolateado tu mundo).
Mientras, yo, como ves, podría construir un edificio con lamentos. De hecho, no necesito esperar, podría empezar ya.


20101122

Intimando con Epicuro.






Querido Epicuro,
¿Pero esto qué es?, ¿cómo que el alma perece con el cuerpo? Qué triste amigo, empezaba a querer casarme contigo hasta que leí esto. El alma vuela, las almas vuelan; son como el amor, no son biodegradables; siempre continuan flotando. Son como magia.
Todas las ideas, los abrazos, los llantos, los escritos, los placeres, los impulsos, las estupideces; son obra, y dolor, y alegría del alma. Y esta es libre, ni tan solo tú eres capaz de controlar la tuya, ¿o sí? Los sentimientos surgen, no se manejan; no podemos atraparlos, taparles la boca, esconderlos. Y vale la pena seguirlos, pues lo que dice la cabeza, sí muere.
No sonríe el cuerpo, sonríe el alma.
Y querido Epicuro, la magia no muere, la magia viaja.

20101108

Por lo visto, de oferta.





Cuando no puedes pedir porque no sabes lo que quieres. Cuando llueve, llueve, llueve; y las nubes no dejan de llorar, sí, lo sé, típico y tópico. Cuando has de sacar el sol a rastras. Cuando la bipolaridad te invade y no sabes si te acabas de inventar una palabra. Cuando quieres llamar y no llamas, cuando quieres besar y no besas. Cuando oyes que es más fácil rendirse y para ti es lo más complicado. Cuando odias los prejuicios sin fundamento. Cuando los capullos ilustrados invaden el mundo. Cuando tienes miedo de ir al cine. Cuando él ya no sonríe. Cuando quieres llamar y no llamas, cuando quieres besar y no besas. Cuando dices cosas inconexas. Cuando escribes sin escribir. Cuando está de moda regalar amor por cuartos de kilo, y quizás, ni tan solo eso. Cuando el amor va en paquetes de 125 gramos, y para los más cobardes, de 75 gramos. Cuando tú no te conformarías ni con un paquete de un kilogramo y lo regalas a toneladas. Sí, parece que tan solo tú pones rebajas.

20101028

Mi misterio.


No es tan solo un misterio. Es mi misterio.
Él; con su sonrisa. No la deja ver siempre, pero vale la pena esperarla; con su mirada, que al encontrarme hace que desvíe la mía. No puedo sostenerla, por mucha fuerza de voluntad que le ponga.
Dicen que es más fácil sostenerle la mirada a alguien cuando no le ocultas nada; quizás si tú supieras lo que pasa por mi mente cuando te miro, me resultaría menos complicado.
Él; desde la primera vez que lo vi, el único que consigue que le persiga.
Con su peculiar ironía que me hace sonreír. A veces creo que si fueras otro, ya hace tiempo que hubieras dejado de existir para mí, pero eres él; siento repetirme, quiero que quede claro. Alguien a quién creo que nunca llegaré a entender, y odio no entender algo; ya sea un problema de matemáticas o a una persona. Quizás por eso te persigo, quiero entenderte. Parece que tienes paredes de hormigón a tu alrededor; déjate ver, haz de las paredes ventanas.
Un reto; a veces sí, otras no. ¿Porqué ahora sí pero antes no? MI misterio.
Ese “un poquito encantador y otro poco lo peor” que en mi opinión tan bien te define. Y es que... Incluso tu poco de “lo peor” resulta encantador. Adrenalina en estado puro cuando te veo. Hasta el punto de tener que cambiar la dirección, de buscarte por todas partes, incluso de encontrarte aunque no seas tú. Mi imaginación, vuela.
Casualidad, quizás demasiada; ¿porqué siempre termino tropezando contigo después de prometerme que no volveré a caer, que dejaré de hablarte, que hasta aquí hemos llegado?
¿El destino? Lo dudo. Mi misterio.
Y esas ganas locas de abrazarte y robarte "un beso porque sí, y otro más, por si acaso." Tú por mí no te preocupes, robar es un delito menor.

Últimamente no tengo demasiado tiempo, lo siento... Este texto es de hace unos mese, lo escribí para alguien importante en su momento y adoro la última frase; espero que os guste (:

20101006

De abrazos.

¿Y tú dices que nunca has abrazado? Intentaré enseñarte entonces, pero esto es tan solo una clase teórica, lo importante es ponerlo en práctica. Aunque esto es fácil y complicado al veinticinco por cien la primera de ellas y el resto a la segunda. Fácil dar malos abrazos, difícil parar el tiempo con ellos.
En primer lugar, para llegar a un abrazo, tienen que haber dos personas que lo deseen, aunque hay quien se da abrazos a sí mismo, estos sirven, más que nada, para estirar los músculos. No, la cosa es así: dos personas o nada. Y por un momento, ninguna sabrá cual es su cuerpo en realidad; y cuando termine, cada una se quedará para siempre con un poquito de la otra.
Por otra parte, hay muchos tipos de abrazos: desde los eufóricos, hasta los de consuelo; desde los de amor hasta los de bienvenida; y no pueden faltar los de despedida, que son los peores por lo que significan y los mejores porque tienen sobresaliente.
En cuanto a las condiciones: no importan. Puedes abrazar con lluvia o sin ella, en verano o en otoño, en invierno o en primavera, un lunes o un viernes, y en cualquier parte del mundo te entenderán; pero si antes de abrazar, corres hacia la persona objetivo del abrazo o la miras durante dos segundos antes de tocarla, este ganará calidad.
No obstante, para que un abrazo llegue a ser un buen abrazo, tiene que haber sigo muy anhelado, por parte de las dos personas que lo dan. Tienen que haberlo deseado con todas sus fuerzas durante mucho tiempo.
Y entonces llega ese momento, más bien ese segundo que es la cúspide del abrazo, en el que no sabes ni quién eres y sientes que te mudaste de mundo, en el que las emociones de la otra persona y las tuyas se han juntado creando una nueva unidad, vuestras emociones. Ese segundo, en el que está a punto de terminar el abrazo pero todavía no os habéis separado ni un milímetro. Ese segundo, tú ya me entiendes.
Y cuando quieras pasamos a las clases prácticas.


20101004

Test de Tracy.

 El juego consiste en nombrar CUATRO cosas de las preguntas que te hagan.
   
 CUATRO COSAS QUE SIEMPRE LLEVO EN MI BOLSO:
- La cámara, no suelo salir de casa sin ella.
- Las gafas de sol, me molesta mucho.
- Una trenza color coral que me suelo colocar en la cabeza.
- Mi iPod, la música me quita el mal humor (:
(Últimamente un pompero también. No, la cartera no es importante xD)
    CUATRO COSAS FAVORITAS EN MI HABITACIÓN:
 -Mi cama, que es estupenda.
- Las paredes, que las tengo llenas de fotos y postales.
-El espejo de luna con cosas enganchadas.
-El póster de Le chat noir.
   COSAS QUE ME GUSTAN AHORA MISMO:
- Una buena ducha, siempre con agua ardiendo, cantando como si en el mundo estuviera únicamente yo o pensando.
-Caminar, viajar, de ahí salen los mejores textos.
-Hacer pompas (:
-Sonreir.
   CUATRO  COSAS  QUE  SIEMPRE  HE QUERIDO  HACER
-Esgrima.
-Ir en bicicleta.
-Enviar cartas a desconocidos.
-Irme de aquí.
   CUATRO  COSAS  QUE  NO  SABÍAS  DE  MÍ
-Yo también dibujo Tracy, o al menos lo intento. Todavía estoy aprendiendo, hago el bachillerato artístico.
-Suelo hacer lo que me viene en gana siempre que no haga daño a nadie; desde hacer una paella a las 5 de la madrugada hasta cantarle al vecino.
-Adoro las sorpresas, me gusta tanto darlas como recibirlas.
-Toco el piano y adoro la música.
  CUATRO  CANCIONES  QUE  NO  ME  PUEDO  QUITAR  DE  LA  CABEZA
-Baile de ilusiones.
-Et donaria amor.
-Gigante.
-Lo echamos a suertes.




Bueno, yo no paso el juego, tan solo lo dejo aquí por si alguien lo quiere hacer (:





20100923

Me he permitido caer en la tentación.



Querido Poetadebotella,

Estoy dispuesta a tirarme a la piscina, tírame, con ropa o sin ella, dame un empujón, no importa que vaya con zapatos o que se me mojen las gafas, tan solo importa el momento. No sé si me quieres conocer, ni tampoco si soy interesante, pero quizás si abres mucho los ojos sea capaz de entrar dentro de ti por ellos, lo podemos intentar, hay quién dice que lo consiguió.
En cuanto a la primera cita, prefiero el dominó, pero estoy dispuesta a un pacto, ¿vamos alternando una de parchís y la siguiente de dominó? Espero que aceptes, me gusta hacer negocios sin firmar.
En cuanto a la música moderna, no tengo ni idea; pero te puedo enseñar muchas cosas sobre cine, y tengo más de setecientas películas en casa, así que tienes incluso donde elegir. Ilusión tengo de sobra, la guardo en los bolsillos de los vaqueros porque a veces siento que tengo demasiada.
Eso de la elegancia es subjetivo, así que ya me dirás tú que opinas; ahora bien, tengo un punto a mi favor: no uso tacones.
Siempre me dicen que soy madura, pero yo creo que la mayoría de las personas que escriben lo son, al menos sobre el papel, y lo pueden aplicar también a su vida... Pero también podemos carecer totalmente de cordura cuando aplicamos nuestras historias sin sentido a la vida real.
Adoro la horchata, pero no la llevo por las venas, voy sobrada de carácter y temperamento, aunque aprendí a controlarlo hace tiempo. Por supuesto, estoy dispuesta a convertir en especiales los sábados en que no se hace nada especial.
En cuanto al culo, también es cuestión de opiniones, pero prometo cumplir el paréntesis. Y por cierto, soy morena de pelo, bueno, castaña, y bastante blanca de piel.

No te creas que yo no pido nada, que este año he sido más como me ha dado la real gana que nunca, así que creo que me puedo permitir el gusto, aunque yo no pido mucho: quiero a alguien que me llame a las cinco de la madrugada con la escusa más tonta que haya podido encontrar porque quiere escucharme; alguien que hable mucho y a quien nunca se le acaben las historias. Sí, yo también quiero a alguien que escriba, eso es importante; que crea en mí y no me quite las ilusiones, estoy dispuesta a compartirlas con él, pero no a echarlas al contenedor del plástico; que diga todas las locuras que le pasen por la mente; que me haga reir mucho; a quien le guste salir un día a gritar y bailar, pero también le guste una tarde o noche tranquila hablando, tomando algo o mirando las estrellas; alguien que esté dispuesto a todo, todo es posible; que sea ingenioso y diga cientos de cosas absurdas; que tenga sueños y no deje de tenerlos, que intente cumplirlos, que crea en él. Alguien que cante en la ducha, que se quiera duchar conmigo los domingos por la mañana, que tenga una mirada con llama y que me coja de la mano para ir por la calle; que si me tiene que agarrar por la cintura, me agarre de verdad, fuerte, no a medias; que adore viajar y pueda considerar mudarse de país; que se ría de mis chorradas; que me pueda sorprender siempre; que no sepa que va a hacer mañana y planee las cosas en cuestión de minutos. Y muy importante, que sea raro, muy raro, y que tenga una bonita sonrisa, de esas contagiosas.


Nota: Sí, a veces me dan cosas... (:

20100922

¿Siempre huyes así?



Y ese calcetín, que está solo en el tendedero, me habla, quiere que le busque la pareja, que los ponga a los dos en sus moldes, y que junte los dedos gordos para que se puedan besar. Dice que vaya sin zapatos, al menos de tanto en tanto, para poder mirar a los ojos a la Señorita Calcetina. Aquel pendiente el cual perdí la pareja dice que le busque otra que también haya enviudado, que no importa su aspecto, que la monotonía es aburrida, y ya puestos, que le busque a alguien diferente. Dice que en cuanto lo encuentre, podré usarlos a los dos, que se divertirán viendo como la gente se extraña. Que me dé prisa, y que nunca lo utilice solo si no quiero tener que pagar un psicólogo. La otra parte de aquel dibujo que nunca terminé lleva tanto tiempo sola que ya me habla cuando la miro, dice que le dibuje a alguien, a alguien que la quiera, o a quien pueda amar en silencio, a quien pueda mirar o también abrazar. Eso no importa, solo tiene que ser alguien. Ese otro boceto se ha enfadado porque no me sale simétrico y los siameses que tanto se quieren ni tan solo parecen hermanos. Pide que deje que ofenderlos, que están tan unidos que son tan solo uno, y quieren serlo a vista de todos. Esa parte de la ventana abierta no deja de gritar porque su mejor amiga está cerrada y no puede cogerla de la mano; y la otra llora en silencio porque ni tan solo puede gritar. Parece que su dueño al darse cuenta las ha puesto juntas, y ahora sonríen, por eso ya no se escuchan. El viento sopla y resopla, porque siempre estuvo solo, las nubes lloran cuando no pueden más porque no dejan de desaparecer, y al volver al mundo no se acuerdan de nada, de modo que no tienen amigos; y las plantas, se ponen tan tristes sin su mejor amiga el agua, que mueren cuando no la ven en un tiempo. Todos me dicen algo de una forma u otra; incluso el rotulador azul que estoy mirando ahora mismo, quiere que lo coja y dibuje, quiere sentir el papel, y me ha amenazado con un ultimátum, dice que si no dibujo con él, se secará. Por supuesto, los que más dicen, los que por suerte menos solos se sienten, son los libros, nadie habla más que ellos. Sí, todos tienen algo que decir; más o menos interesante, pero algo. No huyen, dicen lo que sienten o lo que dejan de sentir. Todos menos tú.

20100903

Entre las muchas cosas que no son biodegradables, él es el primero de la lista.




Vuela que te vuela y todavía vuela más. De aquí para allá, se esconde en cada rincón en invierno; en primavera y en verano se pasea eufórico por las calles; y en otoño, cada año parece envejecido después de haber paseado quizás demasiado, y vaga triste, como las hojas secas, esperando que alguien le dé cobijo, buscado un rincón para sobrevivir al frío invierno.
Pasa por cientos de personas, miles, millones; de hecho prácticamente por todas las personas del mundo. A veces no se queda para siempre, solamente está de paso; otras no le dejan entrar, incluso han llegado a echarle, como si no valiera la pena. Pero en algunas ocasiones, cuando se siente a gusto, cuando le dejan un espacio lo suficientemente grande; se queda para siempre.
Hay quien prefiere no darle cobijo creyendo que no lo necesita, pero una vez lo prueba, no lo deja marchar; y hay quien nunca lo deja entrar y no sabe qué meter en ese hueco que es para él.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Siempre haciendo compañía, pensando que nunca hace daño. Intentando ocupar el mayor espacio posible en algunas ocasiones, instalándose en algunos sitios, comprando su propia habitación con un buen colchón donde descansar por mucho tiempo, hasta que consigan despertarlo; y pagando o no pagando el alquiler en otros, haciendo que lo echen y sabiendo que tan solo está de paso.
Vuela que te vuela y todavía vuela más. Cada vez más gente lo conoce, y algunos empiezan a hacerse pasar por él; pero lo cierto es que el único válido es el verdadero, los demás tan solo son copias echas deprisa y corriendo que no tratan demasiado bien a sus caseros, por lo que estos las echan bien pronto. Lo cierto es que son muy fáciles de distinguir del original; pues aunque este se vaya, siempre queda un poquito de él en ti, ese hueco siempre esta disponible. Una vez lo has probado, quieres volver a hospedarlo. Es todo un honor tenerlo contigo, y aunque se vaya, vuela que te vuela y todavía vuela más, aunque no esté dentro de ti, lo sigues sintiendo en el aire. Porque no, el amor no es biodegradable.

20100829

Detesto los tal vez.





A ver si lo entiendes de una vez: que me da igual que no me hables, que pases de mí o al menos lo parezca, si dejas claro que sólo soy yo que a veces me imagino cosas. Que no importa que vayas a tu bola ni que adores el azar mientras sigas teniendo el factor sorpresa. Que me da igual que contestes tonterías sin sentido cuando no sabes que decir y que no me acompañes a casa mientras me llames para dar las buenas noches. Que no me importa tener miedo ni que tú lo tengas, ni que nos acerquemos a diez por hora, mientras algún día choquemos. Que me da igual tener que esperar una hora, incluso muchas horas, mientras el que llegue seas tú. Entérate, que no me importa que no vengas si después miramos las estrellas juntos por teléfono. Que no me importa que te comas mis golosinas mientras lo hagas con una sonrisa. Que me daigual volverme loca cada vez que te esfumas mientras siga volviéndome loca cada vez que te escucho. Que no importa la hora que hay de ti hasta llegar a mí, como si te quieres ir a Tokyo a vivir, siempre que yo pueda llamarte cuando quiera; pero tienes que decirlo, llámame y dime: puedes llamarme cuando quieras, a la hora que sea, incluso si se esfuman las horas, el tiempo, el mundo; puedes llamarme, siempre querré hablar contigo. O dime: hoy tengo miedo, por eso te evito, ayúdame a perderlo. Y si no, simplemente no me evites, porque eso sí importa; y al menos, si lo haces, dímelo: paso de ti, no me importas lo más mínimo. Sí que importa morir cada vez que desapareces si no sé que vas a volver sonriendo, como demostrando que no habías desaparecido, que solo te habías retirado a tu mundo. Entérate, que sí importa ese segundo, el de la despedida. Que sí importa que te vayas sin mirar atrás. Que quiero que te gires y me mires, pero de frente, no de reojo, y no me dejes marchar.


20100812

D.

Pasa, ponte cómodo; siento el desorden, estoy intentando ordenarlo todo, pero no dejan de surgir nuevas ideas que provocan caos. Lleva cuidado de no pisar nada, los sentimientos son muy frágiles.
¿Ves eso de ahí, esas cajas metidas dentro de otras? Eso son los recuerdos, los que vale la pena olvidar, o al menos, no recordar a menudo. Las cajas transparentes que hay justo al lado son los que vale la pena tener siempre presentes, esos que siempre te sacan una sonrisa. Ah, sí, el corcho de al lado está lleno frases, poesías, fragmentos de libros y demás que me gustan; ¿que por qué la tú me escribiste está repetida unas cuantas veces? Bueno, creo que de leerla me la aprendí de memoria y ahora la repito instintivamente durante el día. Y la pared de las fotos tiene un hueco porque ahí va una foto tuya, y por el momento no tengo ninguna.
Ese de ahí es el sillón de las canciones, de los perfumes, y en definitiva, de las personas importantes que dejaron algo en mí. Si te sientas y cierras los ojos, podrás ver mis recuerdos importantes con ellas. Yo lo hago en los días de melancolía y siempre consigo una sonrisa.
Aquello que brilla tanto es tu sonrisa, ya sé que deslumbra, pero se instaló el otro día y parece que se va a quedar. Primero pensé en meterla en una caja, pero alumbra toda la estancia, y así lo veo todo mejor.
Las cajas del rincón tienen dentro todas las cosas que tengo que hacer algún día. Sí, acertaste, esa de ahí tiene el masaje que me vas dar, y la de al lado un amanecer. Bueno, hay algunas que llevan cosas que ni tan solo sé si pasarán, pero no puedo restringir el paso a los pensamientos.
Por último, todas esas cajas de colores que hay ahí, son las cosas que me gustan: comer chocolate, las sonrisas, los viernes, las largas charlas, los sugus, viajar, la música... ¿Qué? Ah, eso grande que está ahí entre las cosas que me gustan eres tú; sí, bueno, ocupas bastante espacio porque tienes todo lo que me gusta.
¡Cuidado con eso negro!, todavía no he conseguido meterlo en una caja... ¿Que qué es? El miedo de estropearlo todo con palabras.

20100718

Despacito.






Y yo paso el tiempo esperando; esperando que llegue algo, ¿pero qué?, ¿espero que llegues tú? No lo sé, pero no me gustaría que llegases envuelto en papel de regalo, con un lazo gigante sobre el cuello y haciendo mucho ruido, ni tampoco que dijeras: ¡sorpresa!, justo cuando me vieras. Prefiero que llegues despacito, sin hacer ruido, como quien no quiere llegar pero lo desea con todas sus fuerzas. Despacio, la prisa no existe en mi mundo; pero no pares, quiero ver como continuas acercándote, hasta estar a un suspiro de mí.
Mientras, yo he decidido dejar de esperar, caminar cerca de ti pensando si algún día podré incluirte en un nosotros y lanzarte burbujas repletas de cariño, de miradas, de sonrisas, y quizás, de algunas cosas más; espero que puedas cogerlas para ver lo que llevan dentro, pero para asegurarme, te voy a regalar un cazamariposas, está decidido; así podrás atraparlas; pero has de llevar cuidado, no vaya a ser que las hagas explotar y otros se lleven lo que solo es para ti. De esta forma, tú verás que yo también me acerco, y quizás consiga una sonrisa, un beso, un yo también quiero estar contigo de tu boca, y sino, sácalo de dónde quieras, del bolso de Mary Poppins o del bolsillo de Doraemon. Y no te preocupes, que yo no necesito un cazamariposas, siempre estoy alerta, esperando sin esperar.

20100627

La caja.



En ese preciso instante descubrió que el secreto de la vida es tentar a la suerte; tan fácil y tan complicado.
Si tentamos a la suerte, quizás esta nos crea lo suficientemente temerarios como para necesitarla, y solo entonces, llegaremos a ser afortunados.
De todo esto se dio cuenta aquella noche, aquella bonita noche. Cuántas cosas se aprenden navegando...
Quizás los mejores, son los amores fugaces. No llegan a hacer el suficiente daño para provocar lágrimas; se recuerdan siempre; producen tal cantidad de adrenalina, que la ilusión dura semanas; no se llega a saber sus defectos; dan y das los mejores besos, por si no hay más ocasiones. Y lo mejor, siempre quedará la esperanza de estar junto a él algún día, aunque tan solo fuera una noche; ella sabe que en esencia, lo conoce mejor que nadie.


Volver a decirle, sintiendo el mar, que no le cabe duda, que en otras circunstancias le querría, y que quizás, aunque esto nunca lo admitiría ante nadie que no fuera él; ya le quiera un poco.
Sí, no le cabe duda, los amores cortos son geniales. Ya no le quiere. Quizás sí le quiera, pero se ha evaporado mucho amor con el tiempo. La verdad, no sabría decir cuánto le quiere del uno al diez. Pero intenta no pensar en ello, le resulta más atractivo perderse por las páginas amarillas internacionales.
Hasta ahora, ella siempre pensó que pasara lo que pasase, siempre que él volviera, lo dejaría todo.
Ahora sabe que hay más cosas en el mundo, y son mucho mejores. Ahora, si a ella le dieran a elegir entre él o la caja; elegiría, sin duda alguna,
la caja. Pues esta, al menos, incluye el factor sorpresa.